Calabaza : beneficios y propiedades
¿Sabías que hay cientos de especies de calabazas?
Tienen muchos nombres, como zapallo, auyama, zucchini, courgette, chayote, etc.
Pertenecen a la familia de las cucurbitáceas, que incluye al melón, el pepino, la sandía y otros 800 frutos. Todos estos frutos se desarrollan a partir de las flores femeninas.
Dentro de esta familia, el género Cucurbita es el que engloba a las calabazas e incluye muchas variedades distintas, aunque las que más se usan en la cocina son alrededor de 15. Seguramente las reconocerás al verlas clasificadas como “calabazas de verano” y “calabazas de invierno”:
¡Llevamos miles de años comiendo calabazas!
Las calabazas fueron una de las primeras hortalizas que cultivaron nuestros antepasados. Se han encontrado evidencias de su cultivo en todo el continente americano, desde Canadá hasta Argentina. Las evidencias más antiguas se encontraron en cuevas de México de hace 8,000 años. Pero también hay señales de que ya se cultivaban en la India y China, por hallazgos de instrumentos musicales elaborados con ellas en ruinas y tumbas de esas regiones.
Beneficios
- Las calabazas de verano tienen muy alto contenido de agua, pueden ser hasta 95% agua. Además contienen cantidades mínimas de azúcar, pero son ricas en fibra y en antioxidantes que ayudan a retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades. Tienen nutrientes como potasio, vitaminas del complejo B, zinc y magnesio, que ayudan a regular la presión arterial y los niveles de azúcar en la sangre.
- Las semillas de calabaza son ricas en grasas saludables que ayudan al sistema nervioso central y periférico, como el ácido linoleico y ácido oleico (como el del aceite de oliva). Estos ácidos grasos protegen el sistema nervioso, el corazón y el sistema hormonal. Para no dañarlos, hay que hornearlas o tostarlas a baja temperatura (no más de 170º Fahrenheit, de 15 a 20 minutos).
- Las calabazas de invierno también son ricas en antioxidantes, como el beta caroteno y la vitamina A, que es esencial para la piel y la vista, además de que participa en la protección contra varios tipos de cáncer. Son ricas en vitamina C y contienen potasio, calcio, vitamina E, magnesio, folato y muchos otros nutrientes.
Medicinas ancestrales
- En la medicina china y en las culturas nativas del continente americano, sus semillas se han utilizado durante cientos de años para expulsar parásitos del cuerpo y para fortalecer la microbiota debilitando a los microorganismos que causan inflamación crónica. Por eso las semillas de calabaza forman parte de nuestro Protocolo de desparasitación lunar.
- En la medicina ayurvédica se indica que las calabazas de invierno ayudan a calmar los elementos que más fácilmente se desbalancean durante el invierno, como el frío y la resequedad. Tienen un efecto de humedad en nuestro organismo y así ayudan a balancear.
- Las flores femeninas de calabaza crecen mucho más rápido y son más coloridas que las flores masculinas. En la medicina china se reconoce que las flores de calabaza ayudan a la salud sexual y hormonal femenina, además de proteger la salud cardiovascular y nerviosa y equilibrar la energía femenina y masculina.
Tips para consumir calabazas
Cómela completa y en todas sus formas y variedades.
Hay muchos beneficios en consumir la calabaza completa, tal como nos la dio la naturaleza. La flor de calabaza es muy nutritiva en caldos y guisados, mientras que las semillas se pueden hornear o tostar. Si la piel es delgada también es benéfico comerla.
Sin pesticidas ni herbicidas.
Es importante que sean orgánicas, en especial las calabazas de piel delgada, pues son hortalizas que se nutren de la tierra y absorben todo lo que esté en ella (todos los minerales, pero también todos los pesticidas y herbicidas).
¿De invierno o de verano?
¡La que esté en temporada y que sea local! La naturaleza nos cuida de acuerdo al lugar en el que vivimos y la época del año en la que estamos. Cada variedad tiene los nutrientes que necesitamos en este momento y en este lugar.
¿Gases o inflamación?
Algunas personas no quieren comer calabazas porque parece que los inflaman o les causan gases. Pero puede ser una reacción temporal que desaparece al seguir comiéndolas. Si dejas de comerlas tu cuerpo ya no estará preparado para digerirlas. También puedes probar con otras variedades y cocinarlas distinto.
¿Dieta keto?
La dieta cetogénica ha eliminado el consumo de muchas de estas calabazas, en especial las de invierno. Es una de las razones por las que la dieta keto es una herramienta para temporadas cortas, no para comer así a largo plazo. Nos conviene comer muchas variedades distintas de frutas y verduras. Si comemos pocas variedades, también se reduce la diversidad de nuestra microbiota y pagamos el precio en nuestra salud.
Cientos de recetas distintas
¡Hay muchísimas maneras de prepararlas! Por ejemplo:
- Usa un cortador en espiral para cortar fideos de zucchini (calabacita) y prepáralos como si fueran pasta.
- Úsalas en caldos y sopas (con tomillo, nuez moscada y leche de coco, por ejemplo).
- Son ideales para preparar postres saludables, ¡incluso brownies sin harina!
- Puedes replicar en casa el sabor especiado del pumpkin spice en versión saludable, utilizando especias como jengibre, clavo, nuez moscada y canela.
- Las calabazas de invierno se pueden hornear fácilmente en trozos con aceite de oliva, sal de grano y especias (como ajo, nuez moscada, paprika, etc.)
- Son deliciosas en ensaladas, en especial con arúgula o espinaca baby, queso feta de cabra y alguna fruta de sabor fresco, como granada o manzana verde.