¿Cómo cuidarte del sol? Y cómo aprovechar sus beneficios
Nuestros antepasados adoraban al sol y reconocían que toda la vida depende de él.
En cambio, en la modernidad lo evitamos y lo bloqueamos con químicos sintéticos.
Hoy sabemos que la luz natural del sol es nuestra fuente #1 de energía. Es medicina para célula, tejido y órgano de nuestro cuerpo.
Estos son 6 de sus beneficios:
- Mejor ritmo circadiano y descanso. Concilias más fácil el sueño y duermes mejor.
- Mejor rendimiento cognitivo. Te concentras más fácil y aprendes más rápido.
- Mejor estado de ánimo. Disminuyes probabilidad de padecer depresión, ansiedad, irritabilidad.
- Mejor sistema inmune. Te recuperas más fácil de una enfermedad.
- Regulación de peso. Mejora la sensibilidad a la insulina.
- Favorece producción de hormonas sexuales.
- Más energía durante todo el día.
Por eso las medicinas ancestrales reconocían que el sol es esencial y sanador a nivel biológico, emocional y espiritual.
Deja que el SOL haga su magia en tu cuerpo.
Estas son algunas recomendaciones básicas para aprovechar los beneficios del sol de manera segura:
- EN LA MAÑANA: sal a recibir la luz del sol lo más temprano que puedas.
Si recibes el sol tempranito en la mañana durante al menos 10 minutos, el horario de tu cuerpo se sincroniza con el de la naturaleza. Esto ayuda a tener más energía en el día y dormir más profundamente en la noche.
- Durante esos minutos expón las partes que puedas de tu piel: brazos, cara, estómago, piernas —sin antisolar, sin mangas, sin gafas.
- ¿Por qué sin gafas? Porque así recibes la luz del sol en su espectro completo y tu cuerpo recibe instrucciones de vida. Eso sí, hazlo de manera responsable y evita mirar directamente al sol.
- Si quieres aprovechar aún más, quítate los zapatos y pisa la tierra o la arena descalzo.
- Si tu piel empieza a ponerse roja, ve a la sombra. Nunca permitas que tu piel se queme.
- AL MEDIODÍA: si quieres producir vitamina D, recibe el sol durante unos 20 minutos.
Las horas ideales para producir vitamina D son las horas en que el sol está más fuerte, pero hay que ser muy responsable al hacerlo.
- La duración depende de la región en la que vives y de la reacción de tu piel.
- Para favorecer la producción de vitamina D, tu piel debe estar sin antisolar.
- Las partes del cuerpo que más conviene exponer son: brazos, torso, espalda, pecho.
- Si tu piel empieza a ponerse roja, ve a la sombra. Nunca permitas que tu piel se queme, no importa si llevas menos de 20 minutos.
- EL RESTO DEL DÍA: protégete.
- En los horarios en que el sol está suave (antes de 10 am o después de 4 pm) puedes recibirlo responsablemente o protegerte con sombreros, manga larga, sombrillas.
- En los horarios en que está más fuerte (entre 10 am y 4 pm), sé muy responsable:
- Evita exponerte al sol directo cuando está en su punto más intenso.
- Si vas a pasar tiempo afuera cuando el sol está intenso (por ejemplo, cuando vas a la playa), usa antisolar. Elige un antisolar orgánico y basado en óxido de zinc para evitar químicos sintéticos, pues varios de ellos son cancerígenos. Aquí puedes leer recomendaciones para elegir un antisolar y aquí puedes ver algunos favoritos de Dr. Patricia Restrepo (haz scroll down hasta el final).
- Cubre tu piel con manga larga, idealmente con ropa que tenga protección UV.
- Cubre tu cara con sombreros de ala ancha.
- Si estás en interiores, busca que entre la iluminación natural en lugar de usar luces artificiales. Esta también es una forma de recibir los beneficios del sol.
- AL AMANECER Y AL ATARDECER: ¡recibe luz sanadora!
Las frecuencias de luz al amanecer y al atardecer son maravillosas para nuestra salud y para nuestro estado de ánimo. Permite que tu cuerpo reciba esta luz directo en la piel, sin antisolar, sin gafas.
Una breve exposición al sol TODOS LOS DÍAS es suficiente para recibir sus beneficios.
¡Disfruta del sol! Sin temor, sin estrés, apoyando a tu cuerpo… y SIN QUÍMICOS CANCERÍGENOS.
La luz natural es un regalo que la naturaleza nos da a diario. No te quites el privilegio de construir tu salud todos los días.