¿Cómo elegir las mejores fuentes de proteína animal. Cuáles son las mas saludables?

Conoce cómo aprender a elegir las proteínas animales más saludables y todos los beneficios que le trae a tu salud

¿Cómo elegir las mejores fuentes de proteína animal?

Elegir las mejores fuentes de proteína animal puede ser confuso al escuchar términos como “alimentado con pasto”, “orgánico”, “de rancho” o “sin antibióticos”. ¿Cuáles son las diferencias? ¿Cuáles son las opciones más saludables? Aquí revisamos algunas claves para que puedas tomar las mejores decisiones.

¿Cuáles son las proteínas animales más saludables?

Son alimentos que provienen de animales que fueron criados en las mejores condiciones:

  • En su hábitat natural (o lo más parecido posible), al aire libre, con libertad de movimiento (y no en condiciones de hacinamiento, en bodegas o jaulas).
  • Recibieron la alimentación que les corresponde naturalmente (en lugar de subproductos de desecho o alimentación industrial)
  • No recibieron antibióticos (para atender infecciones provocadas por malas condiciones en los criaderos) ni hormonas o promotores de crecimiento (para acelerar su engorda o la producción de leche, por ejemplo).
  • No fueron alimentados con granos, alimentos genéticamente modificados, productos industriales o con vegetales cultivados con altos niveles de pesticidas y fertilizantes.
  • No recibieron maltrato, no vivieron en condiciones de estrés y el proceso para sacrificarlos fue lo más ético posible.
  • Se usaron prácticas menos contaminantes, los desechos se manejaron de forma responsable y se promovió la agricultura regenerativa, sin modificación genética.

Cuando estas condiciones se cumplen, los productos de origen animal:

  • Tienen un contenido más alto de nutrientes.
  • Tienen mayor variedad de nutrientes.
  • Es mucho menos probable que lleven toxinas e ingredientes nocivos a tu organismo (residuos de los pesticidas, fertilizantes, hormonas, antibióticos, promotores de crecimiento, metales pesados, etcétera).

¿Qué tipo de proteínas pueden ser?

Las más conocidas son la carne de res, cerdo, pollo y pescado, junto con el huevo y los lácteos.

Son las más industrializadas, por lo que son más accesibles y económicas, aunque también puede ser más complejo identificar en qué condiciones se produjeron.

Hay opciones menos industrializadas, como los productos de cabra, pato, cordero, jabalí, avestruz, conejo, bisonte, etc.

Por otra parte, aunque actualmente acostumbramos comer sólo el músculo o la parte magra del animal, es saludable incluir también cortes cerca del hueso o de articulaciones, junto con ciertos órganos y vísceras, pues contienen nutrientes muy valiosos para nuestro organismo.

¿Con qué alimentan a los animales en los criaderos industriales?

Para reducir los costos y acelerar su crecimiento, los animales suelen alimentarse con granos económicos y con subproductos industriales. Por ejemplo, al procesar el maíz, la soya o las semillas de algodón para producir aceites, se producen residuos que después se utilizan como alimento para el ganado. También suelen utilizarse residuos alimenticios como cáscaras o incluso partes de otros animales.

Esto es muy distinto de su alimentación natural, por lo que los animales suelen desarrollar enfermedades y deficiencias nutricionales. Por eso la carne y los productos derivados de estos animales tiene menos nutrientes.

En paralelo, suelen recibir dosis constantes de antibióticos, que también llegan a nuestro organismo y contribuyen al desarrollo de microorganismos resistentes a los antibióticos, además de provocar daños y desbalances en nuestra microbiota.

Cuando son criados en condiciones inhumanas y no pueden practicar su comportamiento natural, los animales sufren estrés. Esto también reduce su perfil nutricional e incrementa las toxinas.

En el caso de los pescados, lo ideal es que sean salvajes y no de criadero, donde los alimentan con productos industriales y reciben antibióticos para evitar que se propaguen infecciones porque viven en espacios muy reducidos. Es ideal elegir pescados de talla chica y provenientes de océanos menos contaminados, pues así se reducen las probabilidades de que tengan niveles altos de metales pesados (que están cada vez más presentes en los mares). Un pescado de tamaño grande ya consumió mayores cantidades de estos metales que un pescado pequeño o más joven.

¿Qué significan los términos de las etiquetas?

Estos son algunos de los términos más comunes que se utilizan en las etiquetas:

  • “100% alimentado con pasto” (100% Grass Fed and Finished / Grass Fed Only)
    Son animales que fueron alimentados sólo con pasto durante todo su ciclo de vida. Suelen tener certificaciones, algunas más exhaustivas que otras.
  • “Alimentado con pasto” (Grass Fed)
    En algún punto de su ciclo de vida fueron alimentados con pasto, pero no sabemos durante cuánto tiempo ni con qué frecuencia. El resto del tiempo pueden haber recibido granos para engordarlos más rápidamente, subproductos de origen animal, desechos, alimentos industrializados, etc.
  • “Orgánico” (USDA Certified Organic)
    Si tiene la certificación de la USDA significa que no recibieron antibióticos o alimentación de subproductos de desecho. Sí pueden haber sido alimentados con granos.
  • “De libre pastoreo” (Free-Range / Free Roaming)
    Es ambiguo, pues está menos regulado. Son animales que pasaron algún tiempo al aire libre, pero no está definido qué porcentaje ni en qué condiciones, si reciben antibióticos o no o cómo es su alimentación.
  • “Tratado humanamente” (Certified Humane Raised and Handled)
    Si tiene la certificación significa que se cumplieron los estándares de la asociación Humane Farm Animal Care.
  • “Sin antibióticos” (No Antibiotics Added / Raised Without Antibiotics)
    Es ambiguo y no está regulado de manera estricta que los animales realmente hayan sido criados sin antibióticos. Tampoco garantiza qué tipo de alimentación recibieron.
  • “Criado naturalmente” (Naturally Raised)
    No está regulado, aunque sugiere que los animales no recibieron hormonas, promotores de crecimiento, antibióticos o alimentación artificial, aunque sí pudieron haber recibido granos.

¿Cómo asegurarte de que tu proteína animal es de la mejor calidad?

La forma ideal sería conocer directamente a los productores y visitar sus instalaciones. Puede parecer difícil, pero es cada vez más común que los productores locales y orgánicos ofrezcan visitas o recorridos y compartan toda la información acerca de sus procesos.

Otra opción es buscar tiendas, servicios o comunidades en tu zona que hagan esta verificación por su cuenta y que ofrezcan productos de excelente calidad. Pueden ser mercados de productores, tiendas orgánicas, asociaciones civiles, servicios a domicilio, profesionales de la salud, etc. Es ideal solicitarles información, hacer preguntas, pedir referencias, etc.

La opción menos confiable es comprar en supermercados. Si no tienes otra alternativa, recuerda leer con atención la etiqueta y la lista de ingredientes. Puedes entrar al sitio de la organización FoodPrint para revisar cuáles son las certificaciones más confiables para productos de res, pollo, cerdo, huevo, lácteos y pescados o mariscos —y cuáles son menos confiables. Estas certificaciones se utilizan sobre todo en EUA, pero también están presentes en supermercados de otros países.