Tu tiroides, tu hígado y tus hormonas: un trío inseparable
¿Sabías que apoyar al hígado puede hacer que los síntomas de los problemas de tiroides disminuyan mucho más pronto?
¡Así es! Porque cuando se trata de desintoxicar al cuerpo y contribuir al balance hormonal, el hígado es el maestro.
Es responsable de más de 500 funciones y es nuestro principal órgano de desintoxicación, además de que ayuda a convertir la hormona T4 en T3 (la forma activa de la hormona de la tiroides).
Por eso cuando hay una gran cantidad de toxinas acumuladas en el cuerpo, el hígado ya no puede hacer su trabajo. Si una persona con problemas de tiroides no siente mejoría al recibir medicación y nutrientes (o si tiene reacciones adversas), es muy probable que su hígado esté saturado.
¿Cómo limpia toxinas el hígado?
Tiene dos fases. En la primera, algunas toxinas se transforman en otras substancias que son más fáciles de procesar. En la segunda, estas substancias pierden su toxicidad y se vuelven solubles en agua, para ser expulsadas al ir al baño. Estos procesos requieren nutrientes como vitaminas del complejo B, folato, glutatión, flavonoides, magnesio, vitamina C y aminoácidos.
Cuando no tiene estos nutrientes o cuando las toxinas son demasiadas, el hígado no puede hacer su trabajo. Es como si un cocinero recibiera miles de pedidos a la vez, pero no tuviera los sartenes y los utensilios que necesita. Los pedidos se acumulan y los clientes se desesperan, pero el cocinero no puede hacer su trabajo bien. Probablemente esté cada vez más irritable y le tome mucho más tiempo hacer operaciones sencillas.
Cuando el hígado está saturado y no puede eliminar toxinas eficientemente, éstas pueden circular en el cuerpo o acumularse en tejidos menos activos, como la grasa, en lugar de ser expulsadas (y ésta es una de las causas comunes del aumento de peso). Es entonces cuando aparecen síntomas, por ejemplo:
- Fatiga y debilidad
- Problemas en la piel
- Irritabilidad y niebla mental
- Alergias y sensibilidades
- Problemas digestivos
- Estreñimiento, gas o diarrea
- Dolores de cabeza
- Desbalance hormonal
- Dificultad para bajar de peso
¿Cómo se relaciona con la tiroides?
Las personas con problemas de tiroides suelen tener menor capacidad para eliminar toxinas. Por ejemplo, muchos tienen intestino permeable: su intestino tiene perforaciones que permiten el paso de toxinas al torrente sanguíneo.
También pueden tener dificultades para asimilar correctamente los nutrientes que el hígado necesita, además de que suelen sudar menos (el sudor es otro mecanismo de desintoxicación del cuerpo) y tener sensibilidades alimenticias que aumentan el trabajo del hígado.
Y una vez que el hígado está congestionado, puede ser incapaz de convertir correctamente las hormonas de la tiroides (de T4 a su forma activa, T3). Esto puede agravar los síntomas del hipotiroidismo, pues la hormona T3 es la que indica al cuerpo que hay que activar el metabolismo y aumentar la energía.
Además, para el cuerpo puede ser más difícil utilizar el medicamento para la tiroides (que muchas veces es en forma de T4) y pueden surgir reacciones alérgicas a distintos alimentos, suplementos y sustancias del ambiente.
¿Y las hormonas?
Cuando el hígado puede hacer bien su trabajo, es capaz de procesar las hormonas de forma más eficiente. Así puede balancear los niveles de estrógeno y progesterona, además de que habrá más hormonas tiroideas activas (T3) disponibles para el cuerpo.
La tiroides impacta los niveles de las hormonas reproductivas femeninas (y las mujeres tienen de 5 a 8 veces más probabilidades que los hombres de tener problemas de tiroides).
Cuando la tiroides y las hormonas reproductivas funcionan bien, los periodos menstruales son regulares (sin sangrado excesivo o prolongado), los óvulos se liberan correctamente y es posible concebir un bebé sin problemas. Además, para las mujeres embarazadas, disminuye el riesgo de parto prematuro, preeclampsia, problemas en el desarrollo del feto o abortos espontáneos.
¿Qué hacer para ayudar a tu hígado a descongestionarse?
Aunque las estrategias extremas de desintoxicación prometen resultados veloces, pueden empeorar los síntomas de problemas de tiroides.
Es mejor primero apoyar al hígado con protocolos naturales, reducir los estresores, aportar nutrientes y mejorar las funciones digestivas. Puedes aprender a hacerlo en nuestro curso Tiroides nivel 2, que estará disponible muy pronto en línea.
Aquí te damos algunas claves para reducir tu exposición a toxinas, poniendo especial atención a estas substancias:
- Xenoestrógenos:
Son químicos que imitan el efecto del estrógeno en el cuerpo y pueden aumentar el ataque del sistema inmune a la tiroides. Algunos ejemplos son el BPA (en recipientes de plástico, recibos de cajas registradoras, productos de higiene personal y latas de comida), soya, ftalatos y parabenos. - Triclosan:
Su estructura es similar a la de las hormonas de la tiroides y provoca toxicidad para la tiroides. Se encuentra en jabones antibacteriales, pasta dental, desodorantes y sprays para el cabello. - Bromo y cloro:
Tienen una estructura similar a la del yodo, con lo que pueden ocupar el lugar de los receptores en la glándula de la tiroides y ocasionar inflamación o muerte de las células de la tiroides. La exposición a estos halógenos es una de las causas de que surja la reacción autoinmune en contra de la tiroides. Se encuentran en las albercas, en productos horneados, en colchones, alfombras, sillones, cortinas, pantallas y como aditivos en alimentos y bebidas. - Flúor:
Es otro halógeno que se encuentra en bebidas, pasta de dientes, té de bolsita, alimentos enlatados y en la sal. Muchas veces se añade flúor al agua de la llave porque se pensaba que ayudaba a cuidar los dientes, pero ya se ha demostrado que es un disruptor hormonal. La dosis que se añade al agua suprime la actividad de la tiroides en muchas personas.
Otras fuentes comunes de toxinas:
- Maquillaje, cremas, brillo para los labios, limpiadores para la piel
- Shampoos, jabones, exfoliantes
- Aromatizantes, limpiadores para la casa, desinfectantes, insecticidas
- Frutas y verduras con residuos de pesticidas y fertilizantes
- Moho u hongos en la casa o en alimentos
- Saborizantes, colorantes y aditivos en comida industrial
Todos los días estamos expuestos a miles de químicos, y muchos de ellos pueden agravar los problemas de tiroides.
Las substancias que inhalamos, ingerimos o que entran en contacto con nuestra piel en algún momento llegan a nuestro torrente sanguíneo y circulan en nuestro cuerpo.
Pero la clave para reducir tu exposición a toxinas no es complicada: es simplemente volver a lo natural.
Entre más productos puedas sustituir por versiones naturales (hechas por ti o adquiridas con algún productor artesanal), mucho mejor. Entre más alimentos orgánicos y menos comida industrial, menos toxinas tendrá que procesar tu hígado. Entre más contacto con espacios abiertos y materiales naturales en lugar de cubículos cerrados y muebles sintéticos, mejor podrán trabajar tu hígado y tu tiroides.
Recuerda que para que tu tiroides vuelva a trabajar de la manera más eficiente, es esencial retirar algunos alimentos que incrementan los síntomas, incluir alimentos y nutrientes que pueden apoyar sus funciones, reducir el estrés de todos tipos (físico, emocional, químico), apoyar las vías de desintoxicación de tu cuerpo y mejorar tus procesos digestivos.
Si quieres aprender a hacerlo paso a paso, te van a encantar nuestros cursos en línea para apoyar a la tiroides. Elige entre el nivel 1 o el nivel 2 y recibe herramientas prácticas para volver a sentirte de maravilla mientras apoyas a tu tiroides de manera natural.