Si tienes problemas de tiroides, ¡empieza por la digestión!
Si tienes hipotiroidismo, hipertiroidismo o Hashimoto’s, es muy probable que hayas experimentado síntomas digestivos:
- Estómago inflamado constantemente
- Estreñimiento, diarrea, gases
- Acidez, gastritis o reflujo
- Intestino irritable
- Dolor de estómago
- Sensibilidad a ciertos alimentos
¿Te suena conocido?
Se dice que todas las enfermedades empiezan en el sistema digestivo, y esto es especialmente cierto en el caso de las condiciones autoinmunes. Más del 90% de los casos de hipotiroidismo y la mayor parte de los casos de hipertiroidismo tienen origen autoinmune.
Por eso, los síntomas digestivos en realidad son una clave extraordinaria con la que el organismo nos indica: ¡es por aquí!
¿Por qué la digestión?
Todos sabemos que el sistema gastrointestinal es el encargado de digerir los alimentos y absorber sus nutrientes, pero ¿sabías que también ayuda a protegernos de invasores y patógenos?
Una de las formas en que nos protege es a través de las paredes digestivas. Estas paredes son como la piel: son una barrera o un filtro que impide que cualquier partícula dañina entre a nuestro organismo. Son una capa de células que tienen uniones entre ellas para formar un tejido. Estas uniones se abren para dejar pasar los nutrientes, pero bloquean el paso de toxinas o cualquier partícula dañina.
Cuando estas uniones se dañan, decimos que esa persona tiene intestino permeable. A través de sus paredes intestinales se filtran toxinas (como partículas de gluten) que llegan al torrente sanguíneo y alertan al sistema inmune, que las reconoce como invasoras y las ataca. Este ataque suele ser el inicio de una enfermedad autoinmune, cuando el sistema inmune termina por confundirse y atacar a distintas partes de nuestro propio organismo, como la tiroides.
Ahora sabemos que la mayor parte de las personas con enfermedades autoinmunes tienen algún grado de permeabilidad intestinal. Es muy probable que tengan predisposición genética a esa enfermedad y que suceda algún evento en su vida que detona la enfermedad (como un periodo de estrés), pero solo suele detonarse si además sus paredes intestinales tienen algún grado de permeabilidad.
Esto no significa que todos tengan síntomas digestivos. Muchos tienen síntomas que no parecen estar relacionados con la digestión, como fatiga extrema, caída de cabello, niebla mental, aumento o pérdida de peso, ansiedad, depresión, ciclo menstrual irregular o insomnio.
Aunque no parezcan síntomas digestivos, mejorar el sistema gastrointestinal es una de las estrategias esenciales para mejorar (e incluso revertir) los problemas auto-inmunes de tiroides.
¿Qué podemos hacer?
Lo primero es conocer a fondo tu sistema digestivo, para quitar todo lo que le está haciendo daño y agregar todo lo que necesita para recuperar su función.
Por ejemplo, es importante revisar los alimentos que comes y si tienes sensibilidad a algunos de ellos (es muy común en el caso del gluten, los lácteos y la soya), revisar si tomas antiinflamatorios o antibióticos, qué productos usas en casa y qué tan bien elimina toxinas tu cuerpo.
También es clave saber si tienes alguna deficiencia de nutrientes, alguna infección o algún desbalance en tu microbiota y si estás pasando por niveles altos de estrés (¡hay al menos 9 tipos de estrés importantes para tu tiroides!).
Puedes aprender todo esto con la guía de Dr. Patricia Restrepo en nuestro curso Tiroides nivel 2 para saber cómo mejorar tu sistema digestivo usando la comida, entender e interpretar tus análisis de laboratorio, ayudar a tu cuerpo a regular el estrés y hacer preguntas sobre tu caso particular. Puedes revisar el curso e inscribirte haciendo clic aquí.
¡El poder de ayudar a tu tiroides está en tus manos! Y la digestión es el punto de partida.