¿Por qué las dietas no funcionan?

Conoce las razones por las cuáles no están pudiendo bajar de peso

¿Por qué las dietas no funcionan?

Seguramente conoces a alguien que está haciendo una dieta tras otra sin nunca conseguir los resultados que quiere (o recuperando poco después el peso que había perdido).

Esto es más común de lo que creemos: se calcula que el 80% de la población (en países industrializados) ha hecho alguna dieta para bajar de peso en algún momento de su vida. Y de todas esas dietas,  ¿cuántas son exitosas? Sólo el 1%. 

Por otra parte, alrededor del 70% de la población tiene sobrepeso. 

¿Por qué las dietas y contar calorías no están funcionando para disminuir ese porcentaje?

Te contamos 3 razones: 

  1. Porque no atienden la causa del sobrepeso.

Muchas personas creen que la razón por la que subimos de peso es simplemente comer de más o alimentarse mal, pero las razones son mucho más complejas.

La mayoría de las veces, el cuerpo sube de peso para protegernos de algo. Por ejemplo, se dice que en más del 50% de los casos de sobrepeso y resistencia a la insulina, la razón es un exceso de toxicidad en el cuerpo. 

Cuando estamos recibiendo más toxinas de las que el cuerpo puede procesar (a través del aire, alimentos, cremas, limpiadores, fragancias, etc.), el organismo puede almacenarlas en la grasa para proteger a los pulmones, al corazón, al cerebro y al resto de los órganos. Es un tejido con menos actividad, como una caja fuerte que no se abre todos los días, y así no tiene que enfrentarlas a diario. Y entre más grasa haya, mejor podrá protegerse el cuerpo, pues “la solución a la contaminación es la dilución”. El cuerpo siempre hace lo correcto, su diseño es maravilloso.

Si una persona con sobrepeso por toxicidad alta baja de peso a toda costa, su cuerpo se queda sin esa protección y queda expuesto a una cantidad enorme de toxinas que pueden desencadenar enfermedades crónicas y otras condiciones, además de volver a subir de peso.

En cambio, si atiende la causa (disminuyendo su exposición a toxinas, ayudando a que su cuerpo elimine las que están acumuladas y fortaleciendo a los órganos que se encargan de filtrarlas), su cuerpo podrá recuperar un peso sano (y una calidad de vida increíble) y mantenerse así a largo plazo, sin rebotes.

Otras causas de un aumento de peso pueden ser un desbalance neurohormonal, temas digestivos crónicos y temas relacionados con su ritmo de vida, por ejemplo. Las dietas generalmente no atienden estas causas. Si las atendemos, podemos solucionar el sobrepeso para siempre. 

  1. Porque se enfocan afuera, no adentro.

La mayoría de las dietas están enfocadas en la comida fuera del cuerpo: qué comer y qué no comer, cuántas calorías o macronutrientes tiene, etc. Pero el impacto real es dentro del cuerpo. Es mucho más interesante y efectivo mirarlo así.

Por ejemplo, ¿has notado que hay personas que pueden comer antojos sin subir de peso? En cambio, hay otras que al comer ese mismo antojo no solo suben de peso, sino que desarrollan enfermedades. Por eso lo importante es conocer a profundidad el cuerpo de cada uno, en lugar de declarar que todos deberíamos comer de una única manera y usar una fuerza de voluntad descomunal para conseguirlo. 

Por ejemplo, la dieta keto: es una herramienta maravillosa, pero no es la meta. La meta es que tu cuerpo funcione mejor y por lo tanto tú luzcas y te sientas fantástico (con más energía, piel increíble, muy buena calidad de sueño y claridad mental, cabello fuerte, defensas altas, etc.). 

Para conseguirlo es necesario conocer tu cuerpo (con análisis clínicos, registrando los síntomas y cambios, aprendiendo sobre su funcionamiento). La dieta keto puede funcionarte durante algunas partes del trayecto hacia tu meta, pero es muy probable que necesites otras herramientas. Es como si quisieras construir una casa solo con una excavadora. Si intentas pintar las paredes con ella, es probable que causes más daño que bien.

  1. Porque pueden atropellar el funcionamiento de tu cuerpo.

Hay dietas que parecen conseguir resultados rapidísimos (con rebote después, por supuesto), pero lo hacen sacrificando el funcionamiento del cuerpo. Muchas de estas dietas (con pastillas, jugos, concentrados en polvo) agreden el metabolismo celular y a la larga tienen consecuencias dañinas. Por ejemplo, las dietas que son muy altas en proteína ponen una carga excesiva en los riñones, lo cual lleva a que el cuerpo se proteja. 

Las dietas bajas en calorías no suelen apoyar la fisiología porque no se fijan en la calidad de la comida: por ejemplo, un yogurt light tiene cero calorías, pero científicamente sabemos que fomenta la resistencia a la insulina, genera una sobrecarga para el hígado y promueve el aumento de peso a largo plazo. 

Cuando dañamos funciones microbióticas, metabólicas, celulares o neurohormonales terminamos pagando un precio muy alto. 

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Si tu objetivo es bajar de peso, lo primero es encontrar la causa, que suele estar relacionada con tu estilo de vida. 

El sobrepeso está ahí para protegernos de algo, porque el diseño de nuestro cuerpo es perfecto y todo lo que hace es para protegernos. Si atiendes esa causa y aprendes más sobre tu cuerpo, podrás bajar de peso mucho más fácilmente y mantener los resultados a largo plazo, además de sentirte mucho mejor en todos los sentidos. 

Para conseguirlo, lo ideal es que toda tu estrategia esté enfocada en que tu cuerpo funcione mejor a nivel celular. Te invitamos a aprender más sobre tu organismo y cómo avanzar hacia tu meta con una asesoría personalizada o con uno de nuestros cursos en línea.