Protocolo para dejar los antiácidos
¿Sabías que la mayoría de los antiácidos están aprobados para utilizarse durante un máximo de 5 semanas?
La razón es que suelen afectar tu salud, además de que causan dependencia.
Entre más antiácidos toma alguien, es más propenso a contraer infecciones digestivas, a padecer alergias, condiciones autoinmunes, cáncer, Alzheimer y otras enfermedades. (Además, en ese blog hay tips para aliviar los síntomas en caso de urgencia.)
Además, aunque alivian momentáneamente la acidez y la gastritis, a la larga los antiácidos suelen empeorar la condición del sistema digestivo.
Si estás decidido a dejar los antiácidos, ¡felicidades! Sigue este protocolo para lograrlo.
OJO: Es muy importante que los elimines muy gradualmente, nunca de un día para otro. Entre más tiempo lleves tomándolos, más gradual debe ser tu proceso.
CLAVE 1: AUMENTAR
La acidez es una señal de tu cuerpo pidiendo ayuda. La ventaja es que con cada bocado puedes ayudarlo. Y cuando le das a tu cuerpo los alimentos sanos que necesita, será mucho más fácil eliminar los que te están dañando.
Incluye más:
- Comida de verdad: fresca, local, orgánica
Elige verduras, frutas, raíces, nueces y semillas en su forma más natural, además de carnes y pescados salvajes o de libre pastoreo.
- Caldos de huesos o de verduras
¡Como los preparaban las abuelitas! Si puedes, tómalos diario para darle un descanso a tu sistema digestivo. Los caldos de huesos ayudan a tu cuerpo a recuperar la capacidad de regular la acidez y a regenerar las paredes digestivas. Checa la receta aquí.
CLAVE 2: REDUCIR O EVITAR
Una vez que aumentes los alimentos sanos, te será más sencillo evitar al 100% lo siguiente (o reducirlo todo lo que puedas). Es importante para reentrenar tu tracto digestivo.
Elimina o reduce:
- Comida procesada
Evita toda la comida industrial —de paquetes, botes, latas y cajitas— además del azúcar y los aceites vegetales, pues desequilibran tu microbiota, provocan que se perforen las paredes intestinales y producen mayor inflamación en tu cuerpo.
- Gluten y granos
Dejar de consumir harinas procesadas y sus derivados (como panes, pasta, galletas, tostadas, etc.) será un gran alivio para tu sistema digestivo. Además, puedes reducir o eliminar el consumo de granos, al menos durante unos meses (como maíz, quinoa, amaranto, arroz, avena, cebada, centeno, etc.)
- Alcohol
Entre menos, mejor.
- Cualquier comida que sientas que te cae mal
Para algunos es el picante, para otros es la grasa, el café, el alcohol, los lácteos o alguna especia. Es importante identificar cuáles son los alimentos que te caen mal en este momento y eliminarlos, al menos temporalmente. Tu cuerpo es distinto al de cualquier otra persona, por eso es clave escuchar lo que necesita ahora (y que puede ser distinto el mes próximo).
- Medicinas que no sean absolutamente necesarias
Muchos fármacos —como los antiinflamatorios, aspirinas, antibióticos, antiácidos— tienen efectos a largo plazo en tu tracto digestivo, en tu hígado y en tu cuerpo en general. Aunque a veces son indispensables, te sugerimos minimizar su uso siempre que sea posible. Puedes buscar alternativas naturales, acércate a nosotros si necesitas apoyo.
Cuando tu sistema digestivo vuelva a funcionar de manera sana, puedes considerar si quieres reintroducir algunos alimentos.
Si así lo decides, reintroduce un alimento por semana para poder darte cuenta si te causa inflamación en el estómago, acidez, fatiga, brotes en la piel o algún otro síntoma. Si te cae mal, es mejor evitarlo definitivamente o consumirlo muy rara vez. Si no te provoca síntomas, puedes decidir si quieres reintegrarlo a tu alimentación.
CLAVE 3: ¿Y LOS ANTIÁCIDOS?
Usa estos suplementos naturales para ayudar a tu cuerpo a dejar de depender de los antiácidos y para reentrenar tu tracto digestivo. Puedes conseguirlos dando click en el nombre de cada uno.
Protocolo para las primeras semanas (1 o 2 semanas o más si es necesario):
- Reducir a la mitad el antiácido (½ de la dosis que acostumbras).
- GI Powder: 1 cucharada disuelta en agua, mínimo 1 hora antes o después de cualquier comida. (Evitarlo si tienes hipertensión).
- Be Microbiome: 2 en ayunas, 2 en la noche.
- Happy Tummy: masticar 1 antes de cada comida.
- LG Support: 1 al terminar cada comida.
Cuando tus síntomas se reduzcan a cero, sigue este protocolo durante 2 semanas (o más si es necesario):
- Reducir nuevamente a la mitad el antiácido (sería ¼ de la dosis original).
- GI Powder: 1 cucharada disuelta en agua, mínimo 1 hora antes o después de cualquier comida. (Evitarlo si tienes hipertensión).
- Be Microbiome: 2 en ayunas.
- Happy Tummy: masticar 1 antes de cada comida.
- LG Support: 1 al terminar cada comida.
Cuando tus síntomas se reduzcan a cero otra vez, sigue este protocolo durante otras 2 semanas (o más si es necesario):
- Tomar ¼ de la dosis original de antiácido cada tercer día (un día sí, un día no).
- GI Powder: 1 cucharada disuelta en agua, mínimo 1 hora antes o después de cualquier comida. (Evitarlo si tienes hipertensión).
- Be Microbiome: 2 en ayunas.
- Happy Tummy: masticar 1 antes de cada comida.
- LG Support: 1 al terminar cada comida.
Cuando tus síntomas se reduzcan a cero nuevamente, sigue este protocolo:
- Dejar el antiácido y sólo tomar ¼ cuando lo sientas necesario.
- GI Powder: durante un mes más, 1 cucharada disuelta en agua, mínimo 1 hora antes o después de cualquier comida. (Evitarlo si tienes hipertensión).
- Be Boulardi: 2 en ayunas hasta terminar el bote.
- Happy Tummy: masticar 1 o 2 sólo cuando sea necesario.
- LG Support: durante un mes más, 1 al terminar cada comida.
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¿Qué más puedes hacer?
- Comer despacio y masticar muy bien tus alimentos.
- Beber más agua entre comidas.
- Evitar acostarte después de comer.
- Cambiar la sal de mesa por la sal más natural y menos procesada que encuentres, pues los minerales son clave para la producción de ácido.
- Bajar de peso si tienes sobrepeso u obesidad.
- Hacer ejercicio moderado por lo menos 3-4 días a la semana.
- Mantener tu nivel de estrés bajo con meditación, ejercicio, yoga y ejercicios de respiración.